domingo, 29 de abril de 2012

Recuerdo el impacto que recibí cuando por primera vez mi hijo se atrevió a decirnos que "creía" que era gay. En ese entonces, dentro de mi ignorancia sentí, que una espada traspasaba mi corazón.  Un miedo aterrador se apoderó de mi ¿qué hicimos mal? ¿quién abusó de mi hijo? ¿en manos de qué amigo habrá caido? ¿dónde lo aprendió o se le pegó?, las interrogantes cruzaban veloces por mi mente mientras los latidos de mi corazón se desbocaban. Me tragué todas las preguntas, mi esposo y yo quedamos en silencio un segundo, sólo me oí diciendo: te queremos hijo, como quiera que seas, nosotros te vamos a querer siempre, tienes nuestro apoyo pero ¿estás seguro?, contestó: pues...... no sé.... tal vez soy bisexual.  Y tal vez, esto lo dijo, para no romper de cuajo todas las expectativas que ya habíamos puesto en él, porque sé que se lo pensó mil veces antes de atreverse a decirnoslo a su papá y a mi.
Y me salió el Yo Adulto que llevo, lo abracé y le dije: tu, vales mucho como ser humano y no permitas que esto ni nadie te quite tu valor como persona que eres, te queremos mucho hijo.
No recuerdo muy bien lo que dijo mi esposo pero recuerdo que no lo rechazó, al contrario, tuvo el valor de abrazarlo y decirle que lo quería y que lo apoyaba.

Creo que nunca olvidaré aquel momento, a pesar del dolor inmenso que sentí, fué el comienzo del despertar de mi consciencia y de lo que yo creía "correcto".

sábado, 21 de abril de 2012

¿Donde estamos los padres y las madres?

Creo que para la mayoría de los padres que tenemos hijos homosexuales, una de las alegrías mas grandes es verlos realizados como personas. Es verlos incluidos en un mundo de igualdad y de respeto donde sus decisiones no sean juzgadas, señaladas y tachadas, como por ejemplo escoger a la pareja que ellos quieran y poder demostrarse su amor y su alegría de estar juntos como cualquier otra pareja heterosexual. Creo que los que amamos a nuestros hijos e hijas deseamos que descubran su sexualidad y su despertar al amor con alegría y no con temor y tristeza. Pero esto sólo será posible si luchamos por que suceda, por eso educarnos y leer sobre el tema, por eso aprender y abrir nuestra mente, por eso asistir a algun centro de ayuda, por eso las marchas y las protestas, por eso exigirles a nuestros gobernantes leyes que no discriminen, por eso necesitamos a padres y madres valientes que den la cara y no sientan verguenza de decir, mi  hijo es gay o mi hija lesbiana y quiero derechos para ellos, quiero respeto para ellos, quiero igualdad y justicia. Padres, madres ¿dónde estamos? ¿escondiéndonos porque estamos llenos de prejuicios? ¿escondiéndonos porque nos dá verguenza? ¿tal vez cargando alguna culpa irrazonable? ¿callando cuando alguien hace un comentario discriminativo o un chiste ofensivo?
Vamos a ser valientes, si nuestros hijos e hijas lo han sido, lo menos que podemos hacer es no defraudarlos, es enfrentar y con nuestras acciones concretas ayudar para que este mundo sea cada vez más un lugar seguro para ellos, donde todos podamos convivir en libertad, armonía, respeto y amor.

miércoles, 18 de abril de 2012

Cuando los padres descubrimos la homosexualidad de alguno de nuestros hijos o hijas

Lo descubrimos!! me dijo Melissa llorando, él estaba chateando con otro amigo y se decían "cosas".
Asi comenzó la entrevista que tuve con unos padres angustiados, temerosos, llenos de miedo y dolor.
Recordé cuando a mi me pasó lo mismo, solo que en mi caso mi hijo me lo dijo. Pienso que aún hoy en dia es muy difícil para muchos padres enfrentarse con la diversidad sexual de alguno de sus hij@s, no estamos preparados, no estamos educados para enfrentar esto, somos unos ignorantes sobre el tema y la ignorancia causa sufrimiento. Hoy por hoy vivimos en una sociedad heterosexista, en las escuelas no se les habla a los niños de estos temas siendo algo con lo que vivimos dia a dia, la homosexualidad ES y 2 o 3 niñ@s de cada clase tendrá una diferente orientación sexual, aunque aún ellos no lo hayan descubierto. Cuanto dolor les evitaríamos, cuantos problemas físicos, emocionales y espirituales lograríamos evitarles si tan solo les dijeramos que ser diferente o no ser iguales a la mayoría, está bien, que no todos los hombres aman a mujeres y no todas las mujeres aman a los hombres, que hay hombres que se aman entre si y lo mismo con mujeres que se aman entre si y que esto es algo completamente natural y aceptable. Muchos padres y madres no quieren oir hablar del tema porque el temor y el miedo no les permite ni siquiera pensar en eso y yo creo que ya va siendo momento de hacer un alto y pensar que nadie está exento de tener un hijo gay o una hija lesbiana o transexual o bisexual.
Y no sé cual sería la mejor manera de hacer un llamado de alerta a los padres para que estudiaran, se documentaran, se culturizaran, aprendieran más sobre el tema para que esto no los agarre totalmente indefensos, desprevenidos y sin las herramientas necesarias para dar un sano y oportuno apoyo a sus hij@s. Tal vez en las escuelas deberían darse talleres a los padres desde que sus hijos van al kinder para irlos familiarizando en este tema y hacerlos consientes de que podría ser una posibilidad en sus familias, educar a los padres para que luego ellos puedan educar a sus hijos en el respeto a esta diversidad y en el valor que cada ser humano tiene, incluso en sus diferencias, porque son personas normales y humanas. No se me hace justo que el despertar de un o una adolescente a la sexualidad sea motivo de angustia y dolor cuando debería ser de alegría y celebración.
Padres, madres, alerta, despierten, platiquen con sus hijos e hijas, hablenles de las diferentes formas de amar que hay entre los seres humanos y que TODAS ESTAN BIEN.